AA.VV
151 pp. La nueva configuración del espacio urbano, los no-lugares, las grandes redes de circulación y los incesantes flujos que desarraigan el concepto tradicional de un habitat permanente, así como la eclosión de una arquitectura fascinante y espectacular como centro de atracción e irradiación cultural, afectan a la mirada artística, que se hace receptora de estas tramas originando otras formas de acción, intervención y relación con la arquitectura y los espacios. En un contexto de ausencia de muros y límites físicos, en un espacio que deviene cada vez más virtual, simulado, disperso, transparente y veloz, la propia arquitectura ya no se concibe como una forma nuclear, estática y cerrada, sino como una estructura dinámica, como vacíos continentes, magmas de aglomeraciones, concentraciones y tránsitos inmersos en un tejido ambiguo de intereses y deseos. Existen arquitecturas excéntricas, fuera del centro, de la expulsión y las máquinas de deseo y guerra, de las casas-caja y la familiaridad absorbente de las arquitecturas cotidianas.
