Tercera entrega de la trilogía Todos lo hicieron mal. Primero Jill en la adolescencia en Tom, el fuerte. Luego la juventud, el amor y el desamor en El perro de Ben. Ahora Jill se enfrenta a la madurez. Unos cuantos años después de salir de Rock Village, decide ir a la gran ciudad. Allí conocerá al hombre que le acompañará en sus pasos quizá más difíciles de su vida. Jill decide dedicar su vida a ayudar en el Hogar, un lugar de ayuda a indigentes de todo pelaje. Pero nadie ha dicho que hacer el bien sea fácil y mucho menos que tenga la recompensa que en justicia se merece. Volverán del pasado algunos fantasmas que ella pensaba olvidados.