Como la casa, la ciudad es una “máquina de vivirö. Está formada por dispositivos (un semáforo, una calle, un parque…) desde los que obtenemos informaciones. Pero ¿qué pasa con las redes sociales y dispositivos digitales que colonizan nuestra vida cotidiana? A pesar del aislamiento y la degradación social que producen, su configuración misma se ve afectada por el contexto de una vida urbana ya empobrecida. En redes como Twitter, Facebook o LinkedIn, o incluso en los smartphone, lo que sucede es la intensificación de las miserias de la ciudad actual. Podría decirse a simple vista que la forma de vida urbana, con sus idiosincrasias propias, guarda cierta correspondencia con los modos de vivir que induce el hecho de mantenernos siempre interconectados.