Disparos al aire constituye un artefacto narrativo que gravita obsesivamente sobre la idea del azar. Compuesto por tres novelas cortas, en sus dos primeras partes («La institución permanente» y «Una novela del Oeste») el lector irá explorando un cruce coral de casualidades desde el desierto de Arizona hasta el solar cercano a Burgos en el que se rodó la escena final de El Bueno, el Feo y el Malo. Aparentemente sin conexión, todo se une en un interesante juego metaliterario con la tercera parte («Tráfico epistolar») en la que, con una profunda reflexión literaria, el autor hace autocrítica y se enfrenta a sus conflictos internos como narrador mediante un intercambio de emails que incluye unas sabrosas «lecciones a un joven escritor». Ganadora del PREMIO ANDALUCÍA JOVEN DE NARRATIVA 2012, esta obra pretende ahondar en las casualidades y en la frontera entre realidad y ficción mediante una trama repleta de personajes y elementos que conectan con el cine o las teleseries.