El anfiteatro romano de Carmona fue descubierto en 1885 a raíz de unas excavaciones arqueológicas realizadas por George Bonsor y Juan Fernández López. Sin embargo, no fue hasta la década de 1970 cuando fue completamente exhumado. No obstante, poco de esas campañas de excavaciones ha sido publicado, permaneciendo, desde entonces, prácticamente inédito para la comunidad científica. Este libro estudia en profundidad los retos visibles de ese importante edificio y toda la documentación historiográfica y arqueológica derivada de sus sucesivas excavaciones. Se realiza un análisis comparativo con los anfiteatros tardorrepublicanos diseminados en toda la cuenca mediterránea y, especialmente en la Península Itálica. Asimismo, se hace un recorrido por los anfiteatros romanos documentados en Hispania y, más concretamente, en la Bética. El resultado descubre el que es hasta la fecha el anfiteatro más antiguo de la Península Ibérica, un auténtico prototipo emparentable con los primeros anfiteatros itálicos.