El desconcierto ante la enfermedad, la entrada en contacto con el dolor y también con la libertad. La ciudad, las esperanzas, la necesidad de un futuro. El deseo de prosperar y a la vez el miedo a dejar atrás lo que somos. Las ganas de vivir imponiéndose, casi brutalmente, a la desgracia. “Una historia dura como la vida cuando es atravesada por el dolor, pero hay tanto amor en ella que nos devuelve la esperanza. Nos invita a vivir. Antonio Cruzado nos muestra un amplio campo de registros que no dejan de sorprendernos: sus bellas descripciones, su riqueza lingüística, su sensibilidad e introspección… elementos que hacen de esta pequeña obra un relato imprescindibleö. José Chamizo.