El lector de este libro no quedará indiferente e incluso tomará partido sobre la solución que propone al problema de la autoría de la obra de William Shakespeare. “Siendo nuestra tarea descubrir al autor de lo que se conoce comúnmente como la obra de Shakespeare, el carácter excepcional de esa obra debe, en condiciones normales, facilitar la indagación. Cuando más corriente es una obra, mayor será la proporción de personas capaces de hacerla, y en circunstancias ordinarias, mayor la dificultad de poner la mano en quien la hizo. Cuanto más distintiva es una obra, más se reduce el número de personas capaz de realizarla, y por ello es más fácil descubrir a su autor. Pero en este caso, la obra es de un carácter tan inusual, que todo juez competente diría qie la persona que realmente la hizo fue la única persona que vivió en la época en que fue capaz de hacerlaö. Las reflexiones e investigaciones de John Thomas Looney, expuestas aquí con singular hondura y claridad, cobran cada vez más fuerza después de casi un siglo desde su publicación. Ya en su día el hallazgo inaudito ganó partidarios notables convirtiendo la teoría oxfordiana en la alternativa más atendida en el mundo angloparlante.
