Al igual que los sabios iluminados de todas las tradiciones espirituales, Sri Yogananda percibía que en el fondo de las doctrinas y prácticas de las diversas religiones existe una Verdad única, una Realidad trascendente. Esta perspectiva universal y amplitud de visión le permitió esclarecer la profunda similitud entre las enseñanzas de la antigua ciencia del Yoga, originaria de la India, y los escritos de Omar Khayyam, uno de los más grandes e incomprendidos poetas místicos del mundo islámico.