¿Por qué la filosofía debe pensar la educación y la formación? ¿Y por qué conviene que lo haga desde la fenomenología? Con vistas a comprender la educación y la formación para poder articularlas en la práctica de la manera más eficaz posible, la fenomenología ofrece un método que permite diferenciar entre el individuo concreto y su psique, ayuda a reconocer la estructura y el papel de las emociones, favorece la integración de los rasgos propios de la experiencia del otro y, en último término, ilumina el modo de relacionarse la educación y la formación con la tradición, categoría desde la que conectar entre sí a las distintas generaciones.