Esta obra ofrece ocho estudios a través de los cuales, y desde diversas perspectivas, se comprueba hasta qué punto eran estrechas las relaciones entre al-Andalus y el Iraq medieval, de modo tal que una historia de la Iberia islámica es inconcebible sin una detallada y amplia atención a la cultura que irradió desde Bagdad y otras urbes iraquíes.