La curiosidad es innata al ser humano. La ciencia y la religión nacen de dicha curiosidad, como dos caminos diferentes para alcanzar respuestas. La historia de ambas miradas, la científica y la religiosa, está llena de hilos entrelazados que se pueden rastrear, desde las pinturas rupestres hasta la física cuántica. Ahora, un artista y un científico nos proponen una explicación del largo enredo histórico entre ciencia y religión: la penúltima y última curiosidad.