Todos los episodios de la vida sexual humana pueden alcanzar un clímax, una cúspide. Estas situaciones cumbre son intensas respuestas en todos los nieveles del sistema nervioso y endocrino, cambios en los niveles de consciencia, posibles sendas para escapar momentáneamente de la realidad mundana espacio-temporal, vías para alcanzar estados emocionales que podemos calificar de trascendentales.