Detrás de las dunas, más allá del Gran Erg occidental, está el desierto. Zohra, que fue nómada, tuvo que detener su eterno caminar, su razón de vivir. Con una parte de su clan, se instala al pie de la duna, en la frontera entre dos mundos, donde se convierte en la narradora de los viejos tiempos, en el pilar de la sabiduría y de la tradición beduinas. Los numerosos niños que la rodean escuchan, fascinados, revivir la magia de la ruta de la sal y de las largas caravanas que surcan el Sáhara, mientras en Argelia se abisma en la guerra contra los franceses. Su nieta, una de las primeras niñas de la tribu que aprende a leer y a escribir, es también la más rebelde frente a la reclusión que le tienen reservada. De sus raíces nómadas sacará fuerzas para oponerse a su destino, al peso de las costumbres de otros tiempos. A través de esta novela, un verdadero canto de amor a las mujeres del desierto y de la arena, aparece la historia reciente de una joven nación que empieza a configurarse. Entre la guerra de la independencia y el terror de hoy, entre la liberación y el integrismo, Argelia aparece bajo su cara más real y novelesca: femenina y plural.
