Hay que rendirse ante la belleza de este poema apocalíptico de amor. Nos encontramos también ante uno de los poemarios de amor más hermosos, estupefacientes, hondos y alegres -la alegría, esa trinchera- de la poesía reciente en castellano. Un libro colmado de pliegues, de estratos, de posibilidades. No se avanza por sus imágenes sin un deslumbramiento, no se sale a vuelta de sus versos, no se termina sin una revelación.