A través de diversos estudios de antropólogos, historiadores, trabajadores sociales y de testimonios personales de experiencias de servidumbre, esta obra sitúa en un primer plano a las mujeres más marginadas de la sociedad. Analiza las diversas formas de sometimiento sufridas y los caminos abiertos a algunas de ellas; es decir, las estrategias de adaptación y oposición al patriarcado en el que están inmersas. Asimismo, ilustra la evolución de la posición de la mujer china en los últimos 150 años y pone en tela de juicio ciertos estereotipos como la imagen tradicional de víctima sumisa de la opresión patriarcal, contrastándola con las iniciativas emprendidas para controlar sus propias vidas.