Conjunto de microrrelatos cosmopolitas que condensa varias décadas de viajes por el mundo. A partir de fotografías, recuerdos e invenciones, el autor teje historias esenciales, sugerentemente elípticas, que pese a suceder en escenarios tan dispares como Tegucigalpa, el desierto australiano o Dar es Salam, hablan de temas universales —las falsas apariencias, nuestras contradicciones y anhelos, los caprichosos senderos de la memoria— en una feliz fusión de literatura y vida. Poéticas y realistas, desgarradoras y cómicas, lúcidas y compasivas, las ficciones mínimas de No habría sido igual sin la lluvia dibujan un conmovedor retrato de lo que somos.