La autora nos habla en el prólogo de aquellos años en los que suscircunstancias vitales fueron tan desbordantes que necesitó escapar de la presión del entorno; y escapó, «saliendo» (de su casa y de sí),caminando, con papeles en los bolsillos en los iba anotando lo quereclamaba su mirada. Todo esto, junto a destellos de la vida quequedaba dentro, junto a sus lecturas, escenas de relatos que escribía, sueños, películas, poemas que le salían al paso componen este libroúnico y singular, hecho de retazos, de añicos, de fragmentos, donde la autora, «personaje de papel» en el juego de su ficción, ha logradocrear el suspense de una novela, la trama de una historia: la de lapérdida del espacio que sostenía al personaje (su «casa del cielo») en la bajada (catábasis) al «infierno del asfalto y de las vanidades»,para, ya desde el desengaño, ir recobrando la ruta primera, el regreso al origen (nueva anábasis), la vuelta a sí misma y a un intuidocomienzo. Pero nada de esto se nos dará hecho: el lector habrá decaminar también por los múltiples puntos de fuga que le conducirán altodo, guiado solo por trazos y señales. Libro