Sarah es la hija mayor de una familia judía que vive en Córdoba en el siglo XII. Para ayudar a su padre, casi ciego, con sus trabajos de investigación en la gran biblioteca de la ciudad, debe vestirse de hombre. Es así como conoce un mundo vedado para las mujeres que le exige mucha fortaleza. Conoce también a Ahmed, un joven musulmán de quien se enamora profundamente -en la Córdoba de esa época convivían musulmanes, cristianos y judíos-, sin embargo, la invasión de los almohades los obliga a separarse sin que tengan la seguridad de que volverán a encontrarse.
"En ciertos momentos, me rebelaba contra la superchería en que estaba encerrada. Entonces le decía a mi madre:
- ¡Este traje me exaspera! ¿Madre, si algún profesor adivinara que soy una muchacha, qué sería de mí?
(...) - Tú eres una muchacha, Sarah. Tu cuerpo y tu espíritu son de una muchacha. Haces todo esto por ayudar a tu padre. Cada día te pones el único atuendo que te puede autorizar para ayudarlo. Son aquellos que obligan a las mujeres a ocultarse detrás de una cortina para hablar en público, aquellos que les prohíben todo acceso a los libros, aquellos, de los que en otro tiempo tu padre formaba parte, los que deberían tener vergüenza. Mi Sarah, te lo ruego, guarda sin temor todos los conocimientos que se te ofrecen; con tranquilidad y sencillez cumple tu deber de hija mayor. Sin miedo ni orgullo, continúa. ¡Es todo!"
