Cuando se ha tenido una vez la suerte de amar hondamente -ha escrito Camus-, uno se pasa la vida buscando de nuevo ese ardor y esa luz del amor para poseerlos siempre. Todas las experiencias humanas se enlazan, en última instancia, en torno a la fuerza y a la intensidad de este sentimiento siempre diverso, que se renueva y se regenera con continuas variaciones. El libro esboza el tema a través de una síntesis teológica que no se ciñe exclusivamente a los textos, de la Sagrada Escritura, sino que los hace dialogar con Dante y Epicuro, Kierkegaard y santa Teresa de Ávila, Emily Dickinson y san Agustín.