Una mañana de 1887, Matilda se levanta de la cama decidida a jugar con su aro en el jardín. Para su sorpresa, descubre allí una construcción oriental surgida de la nada; y también para su decepción, pues ella hubiese preferido un camión de bomberos. El empeño de Matilda por conseguirlo se convertirá en el hilo conductor de tan surrealista y genial historia.