La batalla contra la modernidad ha de librarse en solitario, decía el gran aforista Nicolás Gómez-Dávila, porque donde hay dos hay traición. Con idéntica exigencia batalla Luri desde hace años contra las aspas giratorias de vicios modernos como la incontinencia emocional, la falacia pedagógica o la banalidad mediática. Pero el aforista Luri no está solo, porque somos muchos los que tenemos contraída con él la deuda de un magisterio valiente, y no es un quijote, porque su única culpa es el exceso de cordura. Leer a Luri es un antídoto contra la pereza mental y nos reconcilia con el saber clásico.