En Amor de salvación se entrecruzan tanto una novela de acción y lágrimas como los soliloquios melancólicos del propio Camilo. El autor interfiere en la ficción, conversa con el lector y con el protagonista, se regocija o se lamenta con cada suceso y hace valer sus propias opiniones literarias, mezclando su voz con las vidas novelescas de los personajes. Aparece así un mundo literariamente complejo, en el que se funden la comedia burlesca y una confesión privada, que toca cielos e infiernos.