Sí Lluch García Garay debuta con hachazos, prepárate. Aunque hoy sea lunes no es una modernez de poemas y frases para enmarcar. Viene con trampa: se lee fácil, pero te noquea. No son solo palabras bonitas; son sus pensamientos en estado puro –que al final son como los tuyos, como los míos, como los de la señora que va en el metro-. Lo que te va a molestar es que Lluch los haya expresado como tú no has podido hacerlo nunca. Haz una cosa ahora mismo: ábrelo por la página que sea. Lee y respira. Ahora no sabes si pasar la página o releerlo porque te ha tocado algo y no te gusta que te hagan reflexionar sobre ti así, ¿verdad? Pues lo mismo pasa con todo el libro, que te duele y que te gusta: como cuando te han dejado, como cuando estás al límite, como el primer trago de cerveza. Porque si lo lees, no pasa de largo. Se queda.