Se asiste en las últimas décadas a profundos cambios de paradigmas en las artes; y el teatro, permeable a su entorno, no es ajeno a estas trasformaciones. La dramaturgia clásica se sustituye por otra deudora de la cultura de la imagen donde los principios canónicos se tambalean para transmitir sensaciones, experiencias o impresiones a través de fábulas fragmentadas, personajes que se desdoblan o una expresión de la temporalidad tan subjetiva como lo es la percepción de la misma. Bajo el paraguas de la Compañía Baraka Teatro surgen las obras Sueño Lorca o el sueño de las manzanas, Miguel Hernández: labrador del viento y No somos ángeles que aquí presentamos.