Hay un hombre. Un hombre que se condena a la soledad, escondido detrás de la pantalla de su ordenador. Un hombre que pelea contra la página en blanco mientras busca el color de un párrafo que describa las tardes aplastantes de junio, el frío de unas manos en otoño. Y las palabras se esconden. El vacío no le da tegua. Navega en las aguas poco tranquilas de internet y maldice. Lo golpea el odio y la indeferencia de los transeúntes, la corrupción y el servilismo de los medios y, en la tragedia de su propio silencio, ruega por una línea que le salve el día. A partir de esta premisa, Carlos Pardo Viña construye su propia rapsodia bohemia en la que la derrota parece asomarse no como un acto de cobardía sino como consecuencia de la falta de fe. El mundo digital, las redes sociales, los medios de comunicación, la ciudad, la corrupción y la pobreza, no solo son el escenario y el telón de fondo de esta historia urbana del siglo XXI, sino que también son protagonistas que elevan su voz en medio del olor a muerte que rodea la historia.
