Rebeldes celebra la vida imaginaria de antiguos mitos y la experiencia de mujeres eminentes en la modernidad. Se trata de una serie abierta, que Chechu Álava comenzó hace una década y que ya ha reunido las figuras de Eva y Venus con la galería de retratos de intelectuales, escritoras y artistas: las pensadoras Simone de Beauvoir y Hannah Arendt, las literatas Sylvia Plath y Colette y las escultoras Marga Gil Roësset, Niki de Saint Phalle y Eva Hesse, las artistas mexicanas Tina Modotti y Frida Kahlo, junto a la fotógrafa Lee Miller. Todas acompañadas, irónicamente, por el Doctor Freud. Ni la biografía ni la trayectoria creativa de estas mujeres complejas y brillantes fueron fáciles. A todas podemos considerarlas rebeldes, a contratiempo, puesto que desafiaron las viejas normas representadas por los caducos mitos de Venus y Eva, que en las versiones de Chechu Álava enfatizan con humor lúdico los rancios traumas sobre la sexualidad vertidos sobre las mujeres en la secular dominación patriarcal. Rebeldes y, a la vez, heroínas para las jóvenes generaciones, que aprenden de sus experiencias, y de su resiliencia. Es esa dimensión de faro y guía para sus herederas la que apreciamos a primera vista en esta galería de retratos iluminados de Chechu Álava, gracias a su paciente trabajo de veladuras, en una pintura que en una segunda mirada llama a detenerse en los detalles desenfocados y en las composiciones precisas. Evoca recogimiento pero no silencio: una pintura elocuente, que parece pender del diálogo de Álava con estas mujeres, en momentos de intimidad despreocupada, de vulnerabilidad, pero también de repentina y firme decisión. Escenas, casi siempre solitarias y fecundas, germinadoras como las propias obras de las representadas de nuevos diálogos y encuentros. A contratiempo, rebeldes: más que representadas, presencias.
