Hija de colonos portugueses, la escritora Isabela Figueiredo relata en estas memorias su infancia en Mozambique durante la década de los sesenta y su marcha a Portugal durante la descolonización. A través de su mirada de niña, la narradora de este sobrecogedor relato parece ser la única capaz de observar verdaderamente la vida corriente de los colonos, dominada por un racismo y un sexismo feroz y normalizado. En el centro de esta historia se encuentra la figura de su padre, a quien la autora intentará comprender y perdonar.