Cuerpos, como antes Erosión, es un libro de pérdidas, de abrasiones, de heridas incurables. No hay ruinas, sino más bien armazones de barco mal plantados. Artefactos vitales grandiosos que no sirven –paradójicamente– para vivir.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso.
Más información