Que «los enfermeros cuidan» es algo que todos hemos oído en algún momento. Asistir, ofrecer cariño y compasión y convertirte en el factor humano indispensable que todo paciente necesita durante su estancia en un hospital es una labor imprescindible. . . Y también muy dura. Junto a bebés recién nacidos que superan su primera noche de milagro, enfermos de cáncer con quimioterapia, drogadictos y alcohólicos que llegan a urgencias deshechos; en operaciones a corazón abierto y acompañando a los familiares en duelo. . . siempre hay una enfermera o enfermero. En este libro Christie Watson nos lleva de la mano a hacer sus rondas, a velar sus guardias y a conocer a sus pacientes. Con una sinceridad hermosa y simple estas historias reales nos harán reír, llorar y reflexionar sobre lo que significa de verdad vivir. Porque, en nuestros momentos más extremos, cuando luchamos para subsistir, profesionales como Christie están ahí con nosotros, ofreciéndonos su apoyo y cuidándonos, enseñándonos que la vida es mucho más que un tratamiento.