Estos diarios, por su excelente escritura, su ponderación, su objetividad y su gusto por el detalle y la anécdota, tienen un inestimable valor histórico y literario. Muy probablemente, son la mejor fuente documental sobre la poesía española de la Edad de Plata, gracias a la amistad del autor con Federico García Lorca, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre y demás poetas de la generación del 27. Son también de un inmenso interés para conocer el clima sociopolítico y la vida cotidiana de la capital de la República española durante la guerra civil. Morla desde muy joven comenzó a escribir sus diarios que son ya considerados como documentos imprescindibles para conocer la vida española de aquellos años, pues por sus páginas veremos pasar, sin distinción de clase o profesión, lo mejor de la cultura española de entonces.