El beneficio de las ventosidades es todo un tratado y una declaración de intenciones. Swift demuestra con elegante sorna las bondades de la sana práctica del ventoseo sin dejar de mencionar las fatales consecuencias que -especialmente en el caso de las mujeres- pueden derivarse de su contención obstinada. El texto de Swift se acompaña de una no menos desternillante taxonomía del pedo, a cargo de Charles James Fox, que clasifica las flatulencias con la rigurosidad y exhaustividad científicas que se merecen: desde el pedo hacedor de fortuna o el sometido al metodismo hasta el pedo demasiado esforzado pasando por el pedo de idioma universal... Este ingenioso anecdotario recoge a cuantos ilustres de este mundo han tenido a bien consagrar sus plumas o sus culos a tan antigua ocupación. El beneficio de las ventosidades ofrece al lector argumentos elocuentes para el alegre y complaciente pedorreo que debe acompañar su lectura.