El cronógrafo se emplea para registrar gráficamente el tiempo, ese concepto tan literario -tempus fugit- que nos lleva de unas secuencias a otras, a través de sus personajes e historias, arrastrando al lector a su antojo. Los autores de esta obra participan de este juego. Relatos de ficción, históricos, pequeños dramas cotidianos, incluso una obra de teatro o el poema que cierra este volumen de textos, nos llevan lejos de la labor que desempeñan a diario la gran mayoría de los autores que participan en esta obra. FIDE demuestra una vez más su capacidad para ir más allá de su ámbito preestablecido y nos descubre nuevos valores del género del relato que encuentran acomodo junto a las historias de otros narradores ya consolidados en el mundo literario.