Nos encontramos ante un grito revelador y pragmático, una salida honesta contra la barbarie que corrompe al hombre y le condena al vacío, a la negación de su propia idiosincrasia y perfección. «El ojo del abismo toma de la mano el arco iris» nos sitúa frente a una sociedad (la contemporánea) regentada por el egoísmo y la ambición.