Tenemos entre las manos la correspondencia entre dos artistas: Antonio Marco y Rossana Zaera, unas cartas que hablan sobre exposiciones, críticos, proyectos, hablan sobre su entorno, su vida cotidiana, y también sobre la amistad y el amor, cartas con las que sus autores se acarician el alma y se entremezclan, pero además son unas cartas que incorporan bocetos, fotografías, cuentos, pinturas, instalaciones, hablan de arte y muchas de esas cartas son obras de arte en sí mismas, pero sobre todo nos sumergen de lleno en la trastienda del proceso de los artistas que las firman. Y esta es la razón de que sea tan importante su publicación y tan valientes sus autores al atreverse a dejar su correspondencia en manos del público, al permitirnos echar un vistazo a sus procesos creativos, a las dudas, la pasión, el deseo, los problemas que acompañan la elaboración de toda obra de arte.