Entre el ensayo y la narración, esta novela se inserta en unatradición que se vincula con la Ilustración. Su estructura me recuerda las novelas de Sade. En el caso del Marqués, la trama narrativaincorpora reflexiones filosóficas, racionales, como expresión de unaideología libertina que justifica las acciones, la historia y la trama en un ámbito individual. Propone una subversión del orden. Aquí, laintención va por el camino opuesto, reclama un orden regido por elbien. El bien tal como lo definió Aristóteles: expresión de la virtudy la justicia. Las acciones aquí narradas están orientadas no solopara denunciar un padecimiento colectivo intolerable sino paraayudarnos a comprender la lógica de la crueldad que ciñe los actosrepresivos del poder. Hay tesis y antítesis para llegar a la síntesisdel capítulo final. El inicio y el 14 final de la novela se abrazan en el discurso reflexivo, exponiendo con claridad la intención delautor. La convivencia del discurso narrativo con el ensayístico, ubica esta novela en la región de lo transgenérico, aspecto que despiertatanto interés en estos días de fronteras