En el Pirineo Aragonés, en la Alta Edad Media, el caballero Garval, aventurero en cuyo escudo campea el lema Homo homini lupus, desconcierta a cuantos le rodean con su furia, y aún más con su mansedumbre. Su insólita leyenda lejanamente inspirada en un Lai de María de Francia, no deja por eso de ser contemporánea: Hijos desencantados de nuestra época, ahora sabemos que el corazón humano es mil veces más sanguinario que el de cualquier animal.