Este cuento no es para contárselo a tus hijos por la noche. Cocodrilos vestidos de chino que entregan bombones; niños que al nacer miden metro cuarenta y montran en cebra, o que juegan a los enterramientos prematuros con su mamá; orgías en masa en pueblos cuya moneda local es el pene; una madre centenaria que acuchilla a su anciano hijo con juanetes afilados como espolones; un Enterrador de Alegrias que prohibe la vida y las risas; esponjas asesinas, escaleras orgásmicas... Pero entre tanto disparate, se dibuja el amor de dos jóvenes valerosos, Vic y Coral, que luchan por mantenerse a raya la entropía de la galaxia. Porque... ¿acaso no es el amor esa cosa absurda y estúpida que sostiene el Universo?