Tテ,ITO, CORNELIO (AUT.) / CONDE, JUAN LUIS (ED.)
Apenas sabemos nada sobre Tテ。cito. Incluso el apodo familiar con el que hoy se le conoce, ツォTacitusツサ/Tテ。cito, es un adjetivo que expresa algo " no manifestado " , " no expreso " , " reservado " . Lo que podemos afirmar sobre su biografテュa y personalidad son en gran parte conjeturas que resultan del cruce de datos sueltos entre la historia de su tiempo y su propia obra histテウrica: que probablemente naciテウ a mediados de los aテアos 50 d.C., que fue senador y llegテウ a cテウnsul, que formテウ parte de la テゥlite social y econテウmica de la Roma del Principado y alcanzテウ el techo polテュtico que le ofrecテュa su テゥpoca. Tテ。cito inicia su relato en las ツォHistoriasツサ incorporテ。ndose a la larga tradiciテウn de los historiadores republicanos, la ツォanalテュsticaツサ, que acostumbraba a narrar la historia de Roma aテアo a aテアo. Asテュ pone de relieve las incongruencias entre el ideal republicano de Roma y la dura realidad dinテ。stica e imperial. La analテュstica habテュa construido durante la Repテコblica un autテゥntico personaje colectivo, Roma, cuya importancia era superior a la de cualquier individuo y se plasmaba en acciones particulares de personajes individuales. Ahora, en cambio, los personajes individuales han suplantado a Roma como materia narrativa y la historia colectiva se ha vuelto historia personal; su escritura exige una nueva manera y un nuevo talento expositivo. La conciencia de un pasado roto y un presente mistificador establece la lectura polテュtica y estテゥtica de la historia que Tテ。cito nos cuenta.