El arte de predecir los acontecimientos terrenales a partir del movimiento de las estrellas y de los planetas ejerce una eterna fascinación. A los astrólogos medievales se les consideraba magos y se decía que estaban confabulados con demonios, y sin embargo eran por lo general venerables eruditos cuyas ideas y prácticas se extendieron por casi todos los estratos sociales. La agricultura, la política, la medicina, la predicción del tiempo, la cosmogonía y la alquimia recibían la influencia de los conceptos, los cálculos y la iconografía astrológicos.