Euskadi ha cambiado mucho en las últimas décadas. Hoy es una región vibrante, con una sociedad organizada y comprometida. Como resultado, el panorama político está dominado por el consenso y la colaboración y poco queda de aquella polarización que se vivió en la región durante los años ochenta y noventa. Entre los años 2013 y 2015, dos de las principales organizaciones sociales pacifistas, Gesto por la Paz y Lokarri, anunciaban su despedida, después de que en 2011 ETA comunicara el final de las acciones armadas. Las marchas, los gestos, las peticiones de consulta y diálogo son elementos que han sido protagonistas de la vida social y política durante casi cuarenta años y no son aislados. Este texto trata de poner cara a los diferentes procesos que hoy nos han llevado a ver la violencia política como algo del pasado, como algo anacrónico sin cabida en nuestra memoria colectiva.
