La crisis de los veinte años (1919-1939) fue escrito en 1939, cuando la Segunda Guerra Mundial se atisbaba en el horizonte y estaba claro que el orden diseñado en Versalles había fracasado. Preocupado ante todo por el objetivo de alcanzar un cambio pacífico que asentara un nuevo orden internacional, Carr realiza una implacable crítica del idealismo wilsoniano que inspiró el pensamiento político internacional tras la Primera Guerra Mundial, rechaza los fundamentos liberales del sistema económico y expone con admirable claridad y rigor crítico sus tesis fundamentales: la concepción de la política como conflicto de intereses y la necesidad de mantener en este terreno una tensión entre el estudio de las realidades del poder y la utopía emancipadora.