Angel Talián nos propone una obra dificilmente clasificable. Con la fortaleza que le hace ser testigo del ánimo de una época, la de nuestro presente, propone situaciones, soluciones, diálogos, juegos y guiños para animar la complicidad del lector en un espacio en proceso que parece reivindicar la complejidad y la búsqueda del equilibrio a través del lenguaje, de su negación y de su afirmación.