MANUEL GARCÍA FERRANDO, RAMÓN LLOPIS
En las siete encuestas sobre hábitos deportivos que han precedido a la llevada a cabo en 2015, se ha partido de la noción teórica de que el deporte contemporáneo determina un campo de actividades sociales que forman parte, desde las primeras décadas del siglo XX, de las actividades de ocio y tiempo libre propias de las sociedades industriales y urbanas. Sin embargo, instalados ya en la segunda década del siglo XXI, y como consecuencia de los avances de los procesos de globalización, se puede afirmar que el deporte forma parte de los países de los cinco continentes, unos países cada vez más urbanizados, con relativa independencia de su nivel de desarrollo industrial. Y es que en un mundo cada vez más urbanizado, el tiempo libre del que dispone una buena parte de la población va permitiendo satisfacer las demandas de ocio como u derecho humano básico que corresponde a cada persona, con independencia de su posición social. Un ocio convertido ya en un hecho político que debe ser satisfecho, en principio, por las administraciones públicas, promoviendo equipamientos en los que realizar actividades deportivas y recreativas adaptadas a los requerimientos de la población.