305 pp. José Iglesias Benítez emerge, aparentemente ileso, de largos años de rigor y autoexigencia que han fructificado en una versificación equilibrada y natural, meta imposible para muchos, muchísimos poetas. El endecasílabo de nuestro padre Gracilazo es el rey y señor de la cadencia, acompañado puntual y oportunamente de versos de medida silábica impar. Cuando se utiliza esta técnica desde la excelencia, como lo hace José Iglesias Benítez, el discurso poético adquiere una absoluta libertad, atento sólo a sí mismo y a sus significados. Es un verdadero deleite para los sentidos dejar mecerse el pensamiento en aguas tan dulcemente movidas, acunadas, sometidas. Y entregarse el poeta lector sólo a desprender del texto mensajes y texturas, calidades verbales y colores. ¿Quién dijo verso libre? Verso libre es aquel que permite a la poesía fluir libremente, como el de este poeta, ni más ni menos. Quiera y sepa el lector perderse sin remedio por esta antología y disfrute buscándose inútilmente en la lectura de esta poesía de rango superior pero al alcance de cualquier lector sensible.