Esta obra se centra en las relaciones arquitectónicas y urbanas entre la ciudad de Sevilla y sus sedes universitarias históricas. Se presenta el relato espacial de los orígenes de la Universidad Hispalense, así como de los centros eclesiásticos que rivalizaron con ella en el pasado, poniendo de manifiesto cómo los diversos hitos de la historia han afectado a un amplio patrimonio edificado, en gran parte ya desparecido. Se analizan los contextos culturales en los que se han producido las diversas manipulaciones de estas arquitecturas y sus entornos, al objeto de comprender en qué medida ha podido acertarse en algunas de las acciones realizadas, y hasta que punto se han sacrificado elementos de valor, que con seguridad estaríamos tratando en este momento de manera diferente.