Albert Einstein aunaba la audacia intelectual con una frescura desconcertante, una imaginación ardiente sostenida por una obstinación imperturbable. Pero, ¿cómo acercarse a una forma de pensar sin parangón? Étienne Klein recorre sus pasos y viaja a los lugares donde Einstein forjó su revolucionaria forma de pensar. Aarau, donde, a los 16 años, se preguntó qué experimentaría al cabalgar sobre un rayo de luz; Zúrich, donde se graduó y se apasionó por la física experimental; Berna, donde publicó 5 artículos que revolucionaron la relación entre el tiempo y el espacio; Praga, donde tuvo la idea de que la luz es desviada por la gravedad, delineando así el futuro de la teoría de la relatividad general. Y Bruselas, Amberes y, finalmente, Le Coq-sur-Mer, donde se refugió antes de emigrar a EE.UU.