Afortunado aquél que, como los protagonistas de los relatos ha hecho de cada día un nuevo descubrimiento. Los rincones del conurbano despiertan lo que siempre estuvo allí. Los cuentos de Martín huelen a nostalgia y a esquina. A barrio y a café. Pueden verse a través de la ventana de cualquier bar, y eso es tan simple y profundo como cada uno de los relatos que forman este libro. (Carolina Rocío Escobar; periodista del diario Clarín). Sus cuentos reflejan la riqueza de lo habitual, su esencia. Martín da vida a aquello que está ante nuestros ojos y sin embargo muchas veces pasamos por alto. La prosa que utiliza abarca desde lo poético hasta la simplicidad barrial. Siempre es un placer leer sus historias en donde el amor, los recuerdos de la infancia y por supuesto los perros del conurbano, son sus protagonistas. (Soledad Larghi; periodista de América TV y radio Belgrano). Me gusta leer sus cuentos, me hace bien. Anécdotas, historias cotidianas. En ellas viven las bolitas, las enredaderas, el barrio, los botines de fútbol, las gentes que apretaban fuerte la mano y tenían palabra, las calles sin peligro en las que jugábamos felices. Martín viene con la luna al hombro y lo sigue una legión de perros del conurbano, fieles, sabios y silenciosos. Que no le sean indiferentes. Por esta vez, hágame caso. (Fabián Frontini; escritor, filósofo, poeta). Desde el título del libro ya esperamos encontrarnos con historias que sólo conocemos los que nos criamos en las calles angostas de los suburbios. En este caso, volvemos a sentir el aire puro y el sonido del silencio a la hora de la siesta. Martín vuelve a relatar historias que nos han pasado o que le pueden ocurrir a cualquiera que haya caminado por esas veredas. (Emiliano Pinson; periodista de Fox Sports).
