El título de este libro, que tiene ritmo de jaiku sin serlo, se ha ido formando por acumulación. Al empezar a escribirlo se titulaba Del siglo en que nací. Luego le antepuse, recobrándolo, el título del primer libro de Borges, nunca publicado, Los ritmos rojos. Finalmente, reflexionando sobre las conclusiones a las que los poemas me habían ido llevando, le añadí el subtítulo de Un cuento triste. Y así, sin proponérmelo, se fueron agrupando esas veintiún sílabas que pueden engañar con su apariencia de jaiku.