La Edad Media, rehabilitada y mitificada, estuvo en el centro del pensamiento romántico. Se trata de una Edad Media personificada, encarnada por intérpretes sobresalientes; un tiempo de libertad y unidad nacional, y un periodo histórico que enlaza con el gusto romántico por lo imaginario y con la idealización de unas virtudes que faltaban en los tiempos contemporáneos.