Gondrecourt es á mis ojos no solo el novelista que forma con habilidad suma el tejido de la fábula ostentando las ricas galas de su lozana fantasia, y el escritor que emplea con oportunidad, ora el sesgo tono que exige la narracion de importantes sucesos, ora el ligero y festivo que requieren las costumbres y la instruccion del soldado; sino el viagero que nos conduce por los campamentos y ciudades, por los bosques y desiertos, é internándonos en precipicios y cavernas y en las chozas y tribus, nos enseña todo lo que ha observado su vista perspicaz, desde el harapo del mendigo hasta las mas suntuosas telas y preciadas joyas de las mugeres y tiendas musulmanas, desde el abatido esclavo hasta el poderoso príncipe, desde el arenal estéril hasta el florido vergel, desde la vida del aduar hasta las ceremonias de la religion.